Éste es el tipo de cuchillo que se suele utilizar para abrir las ostras. El grosor del mango y la forma de la cuchilla, facilita la apertura de la ostra, tanto para hacer presión, como en los movimientos, como para poder despegar el tendón y que la cáscara se abra sin complicaciones y sin romperse, quedando finalmente, una ostra limpia de residuos de cáscara. Es siempre recomendable tirar la primera agua de la ostra y limpiar la carne con un cepillo, para retirar cualquier residuo que le haya podido quedar.

La ostra vuelve a generar una segunda agua, entonces ya está óptima para consumir.